Un cura llega a las tierras de Puiggraciós para rehacer la ermita derrocada por el peso del tiempo. Lo que allá le espera es la apatía, el recelo y los malos pensamientos de los habitantes de estas comarcas.
«Els sots feréstecs» es Modernismo puro. La magia del bosque con todos sus seres, los colores vivos y las formas indefinibles de la Naturaleza o la lucha eterna y cansada entre el bien y el mal impregnan la trama de esta novela imprescindible.
La obra de Raimon Casellas simboliza la eclosión del modernismo literario y su muerte trágica representa la muerte de este movimiento autóctono y brillando por parte de las corrientes novecentistas. Este hecho supuso el retorno al ideario clásico y, por lo tanto, a la orden y al aburrimiento más absolutos.