“Querido vecino/amante/turista,
He hecho estos dibujos en silencio mientras la ciudad estaba más ruidosa que nunca. He estado mirando mi teléfono en silencio mientras todos gritaban. Bueno, a veces los dibujos se hacían con algunas personas en la habitación, a veces yo hablaba mientras los hacía. El teléfono solo fue testigo de todo, acechando, escuchando y respirando, registrando cada acción. No pienso demasiado mientras tomo estas fotografías. Es una reacción al medio ambiente, se trata de la temperatura, el clima, el agua utilizada para mezclar los pigmentos, la humedad del aire, pero también la contaminación, la excavación en mí, mis datos. Es una forma de trabajar con el cuerpo. Se trata de rechazar una definición. Los movimientos de danza que hacen estas manos, todos los gestos que animan. Los dibujos son como una herida abierta, una autopsia. Reflejan, como el espejo del teléfono.
Los dibujos de este libro fueron realizados en mi estudio en Rua da Madalena 117-A, en Baixa, el barrio céntrico de Lisboa. Me mudé en noviembre de 2014.
[…] Desde el comienzo de la campaña colonial portuguesa, pero también antes de eso, el centro de Lisboa fue un lugar de comercio, de negocios. […] Colonizando mar y tierra, colonizando la mente de los demás, sus lenguas nativas, música. Hibridez y criollización. El comercio de ideas, el intercambio de enfermedades y microbios. Normalizar la violencia y la propiedad del cuerpo.
Entre ruinas, ratas y humanos, abrí un espacio dirigido por artistas llamado Spirit Shop, en dos habitaciones del estudio. Tratamos espíritu. No es fácil invitar a otros, a otros espíritus, a tu propio espacio personal. Pero siempre me ha gustado charlar, compartir ideas.
Las cosas estan cambiando. Estoy cambiando, todo el tiempo. Tenía que hacer que sucediera algo allí además de proyectar mi propia subjetividad.
Eres bienvenido a pasar cuando quieras. Yo podría estar allí. Entra y pinta mis ojos con verde veronés, el color que usé en estos dibujos. Si no estoy allí, deja un mensaje debajo de la puerta diciendo que has leído esto. No soy un hombre de negocios, soy un aficionado, un mago, un payaso, un monstruo, un emprendedor de mis propias acciones, como tú. Estaré esperando detrás de la cortina.
Tuya,
—Pedro”
