Partitura elaborada mediante la transcripción de un acontecimiento cotidiano. La composición fue escrita a partir de la traducción —a lenguaje musical— del tránsito de un ascensor durante noventa minutos. A las diferentes variantes de los viajeros (piso y edad) se le asignan unos valores específicos (tiempo y tono).
La partitura está pensada para ser interpretada por un violoncelo, por el símil que se establece entre éste instrumento de cuerda y el mecanismo que hace funcionar un ascensor.