«La fraga recuperó de golpe su alma ingenua, en la que toda la ciencia consiste en saber que de cuanto se puede ver, hacer o pensar, sobre la tierra, lo más prodigioso, lo más profundo, lo más grave es esto: vivir».
El bosque animado
Wenceslao Fernández Flórez
«Temos que expoñer algún día xuntos», le decía a Ángeles. Ella respondía con un gesto: «Estás tolo. Concéntrate no teu». Este paseo por el Bosque de Cecebre (A Coruña), donde Wenceslao Fernández Flórez se inspiró para su libro Él bosque animado, quiere ser un recuerdo y un homenaje la aquellos momentos en que las luces y los sueños nos rodean y rumorean como los árboles de la novela. Ángeles Sales pintó una serie en que abrazaba los árboles con papeles. Los fletaba con las manos para que en ellos quedara la huella de su cáscara y después los coloraba con acuarelas. La tituló Bosque, nuestro bosque animado. Firmaba M. S.
Estoy entre algo que me entretiene.»
Ferrol (A Coruña), 1953
Autodidacta. A los nueve años se traslada a vivir a Coruña. Con quince años su padre, artista amateur, le regala una cámara Voiglander totalmente manual que lo fotografiara sus cuadros, dibujos y piezas de hierro forjado.Más tarde emplea la fotografía como «chuleta» nos sus estudios de Arquitectura Técnica, que jamás finalizó. Nunca pretendió vivir de la fotografía pero ahora no puede vivir sin ella. Le interesa alcanzar que el cotidiano y el común resulte extraordinario. Procura evocar, sugerir y hacer soñar al espectador. Amante del intemporal y del indefinido. Aprende a alcanzar efectos en los defectos. No le interesan las modas y las tendencias. Emplea el B/N y el color de manera indistinta.Cree que en el mundo de hoy falta poesía y que la tecnología no debería poderle a las emociones. Es más intuitivo que intelectual y cree que el azar es más emocionante que la certeza.