El 5 de abril de 1953, Lucien Clergue (Arles, 1934 – Nîmes, 2014) conoció a Picasso en una corrida de toros en Arles y aprovechó la oportunidad para fotografiarlo y mostrarle otras instantáneas. Dos años después se encontrarían de nuevo en La Californie, la residencia del artista en Cannes. Así comenzó una amistad que perduró hasta la muerte de Picasso en 1973. Durante estos años, en un total de 27 encuentros, Clergue registró escenas y pequeños episodios de la vida cotidiana del pintor, así como su estudio y su trabajo.